Así habló INRI CRISTO:
“Mi PADRE, SEÑOR y DIOS me mostró, a través de diversas experiencias y hechos destacados en mi vida, que cuando algo está previsto, predestinado por el plan superior bajo la regencia de él, nada ni nadie puede lo impedís de acontecer. Mi vuelta a la tierra estaba prevista y para que esto efectivase, mi PADRE, en un movimiento silencioso, juntó dos cuerpos de forma peculiar. Como estaban en los planes de DIOS mi reencarnación y el cumplimiento de mi misión en la condición de juez, entonces aunque todo se mostrara aparentemente desfavorable, con Su poderosa mano Él siempre intervino favorablemente haciendo con que el destino siguiera su curso.
A las veces el movimiento de DIOS se manifiesta en los escandalosos gemidos de la madre naturaleza: en el estremecimiento de los truenos, en el despertarse de los volcanes avasalladores, en los imprevisibles terremotos que arrasan ciudades enteras, en la impetuosa agitación de las mareas… Pero el movimiento de DIOS puede también ser imperceptible a los ojos de los hombres. Casi siempre está en acción el silencioso movimiento de DIOS, de forma sutil, incesante e incansable, siguiendo el curso por Él establecido.
Cierta vez, la mujer que me creó cuando niño, Magdalena Thais, se cayó conmigo dentro de un río y fatalmente desencarnaría ahogada no fuera la intervención divina, una vez que no sabía nadar. Pero la Divina Providencia usó Wilhelm Thais, su compañero, para nos rescatar. Él me contó algunos años después que nunca tenía se sentido tan fuerte como aquel día. Dijo que una fuerza muy poderosa tomó cuenta de su cuerpo y nunca antes hube nadado tan bien, nunca hube tenido tanta fuerza como aquel día para quitarnos de dentro del agua. Es posible comprender, entonces, que estaba en los planes de DIOS mi presencia física en la Tierra. Esa fue sólo una de las pruebas la que el SEÑOR me sometió.
Después, en el transcurrir de mi vida, tuve incontables experiencias increíbles, destacadas, muy fuertes, que Él, mi PADRE, SEÑOR y DIOS, propició acontecer en el objetivo de fortalecerme y darme conciencia de que soy obligado a cumplir mi misión y nada ni nadie puede impedir. Sufrí decenas de accidentes de automóviles, amenazas de muerte, pasé por incontables situaciones de violencia a ejemplo de la masacre de Ponta Grossa (ver libro DESPERTADOR 1ª parte), etc. Pero todo eso fue providencial para que, en los momentos de adversidad cuando colocado a enfrentar los reveses de la vida en mi larga marcha sobre la Tierra, tuviera certeza absoluta de la victoria inexorable y que la gloria me amará. A través del sufrimiento, de la reprobación de mis contemporáneos que yo aún había predicho antes de ser crucificado (“Pero primero (antes de su día de gloria) es necesario que él (Cristo) sufra mucho y sea rechazado por esta generación. Así como fue en los tiempos de Noé, así será también cuando viniera el Hijo del Hombre” – Lucas c.17 v.25 la 35), el SEÑOR Todopoderoso me facultó ver que tengo que cumplir mi destino.
Cuando algo está así programado hay miles de años, entonces de nada adelanta las procelas humanas que se agiten, los cerdos gruñiren, los perros ladrar. Resultará infructífero el esquema de boicot urdido por los enemigos del Reino de DIOS contra mí en los medios de comunicación, aunque, cuando llegar la hora, ineludiblemente la cortina negra del boicot se esfacelará, las fuerzas negativas se diluirán, DIOS removerá las viseras de los ojos de la humanidad y yo seré visto por todos en una cadena mundial de televisión, pues está previsto que todo ojo me verá (Apocalipsis c.1 v.7).
Los seres humanos que osaran intentar impedir la naturaleza de seguir su curso y el Hijo del Hombre de ascender al poder para glorificar el santo nombre del SEÑOR serán aniquilados, extirpados, exterminados por la santa cólera de mi PADRE, como ya sucedió a muchos. No hay fuerza en la faz de la Tierra, no hay fuerza en el Universo que pueda impedir el Hijo de DIOS de cumplir la trayectoria establecida por el CREADOR. Aunque inventen un rostro diferente de mí por encargo de Roma como ya hicieron, intentando convencer el pueblo que la imagen impregnada en el Sudario por las manos de la Divina Providencia no es mi rostro, aunque lancen todo y cualquier tipo de duda anhelando esconder, como se posible fuera, el sol con un tamiz, todo será vanamente (“No puede esconderse una ciudad situada sobre un monte, ni se enciende una lucerna y se pone bajo el alqueire, pero sobre la lámpara, a fin de que dé luz a todos los que están en casa” – Mateo c.5 v.14 y 15). Los maleficios que intentaran contra mí retornarán a los emisores, pues lo que está escrito y fue previsto, planeado por mi PADRE, será asimilada por la madre naturaleza e ineludiblemente acontecerá.
El tiempo es mi aliado, mi cómplice y compañero inseparable en la Tierra Él me acompaña favorablemente y testifica el fiel cumplimiento de los vaticinios que enuncié antes de ser crucificado, porque el tiempo pasa, pero mis palabras no pasarán”.
La Estrella Resplandecerte de la mañana emergerá
para regocijo de los hombres de corazón puro, de los simple,
de los humildes, de los justos, de los que aman la verdad,
esperan y sirven la justicia.
Por ocasión del Acto Libertario perpetrado en el interior de la catedral de Belém do Pará en el histórico 28/02/1982, INRI CRISTO estuvo detenido en el presidio “San José”. En este ínterin, el periodista Vicente Ceci, del periódico La Provincia del Pará, el día 07/03/1982, escribió, inspirado, una materia intitulada Dies Irae (Ira de DIOS), en la cual decía el siguiente: “(…) En la galaxia NGC 6946, una estrella está cumpliendo su destino único, que es „concluir su existencia con una explosión luminosa‟. ¿ Piensan los señores pro-muerte también en la prohibís de hacer eso? ¿Piensan en llamar uno coche de policías lleno de soldados, entregarla a un delegado histérico, prenderla en el Presidio San José? Sería bello iluminar aquella casa de la noche eterna a buen seguro. Pero – atención – la explosión, ninguna reja a contendría. Y la explosión de la estrella es ineludible, garantiza el profesor Wild (…) INRI CRISTO, en su celda de reclusos por denunciar privilegios… también en este instante está cumpliendo su destino único, también prepara su explosión luminosa. Él y la estrella hacen el puente que une el humano al misterio total, riman una elección solidaria, fuera del alcance de las leyes injustas con que los señores, señores de la resignación, quieren mantener la vida fuera de sí; loca sí, pero por exceso de cárceles, de leyes, de tantas placas de: todo es prohibido entre nuestros pies y los pies de nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, a los cuáles los señores temen que enseñemos a amar la libertad”.
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Quién divulgar este mensaje será agraciado con bendiciones del cielo.