Maria, equivocada, poseída por el demonio, reúne a los hijos y tienta apresar al Unigénito de DIOS.

Maria, genitora de Jesús Cristo, desmitificada, sin fantasías, es ahora presentada por el Unigénito de DIOS en la natural condición de mujer, tan solamente mujer, humana, pecadora, sujeta a las debilidades y fallas inherentes a los seres humanos. Es presentada desnuda de su falsa indumentaria de “virgen santísima”, “santa Maria madre de dios”, no en la intención de denegrirla y si con el afán de restablecer la verdad y poner fin en la veneración y adoración del falso mito.

Así habló INRI CRISTO:

“Si Maria, que fue mi genitora en el tiempo que me llamaba Jesús, fuese verdaderamente madre de DIOS como enseña la iglesia proscripta en sus espurias oraciones (“Ave Maria”, “santa Maria madre de dios”), ella tendría entonces intimidad con el ALTISIMO y, consecuentemente, conciencia de que no era llegada la hora de la crucifixión, luego no podría querer apresarme. Pero, en su condición de mujer humana, pecadora, igual a las demás, ella también tenia sus momentos de debilidad. Cuando me oyó hablar en frente de la multitud: “Yo soy el pan que vino del cielo, quien no come de mi carne y bebe de mi sangre no tendrá vida eterna” (Juan c.6 v.35 a 59), fue poseída por el demonio, pensando que este pronunciamiento (en concepto de ella absurdo) caracterizaba locura y se constituía en vergüenza para la familia. Obediente al príncipe de las tinieblas, reunió a los hijos y quiso apresarme”. (“De aquí fue para casa (de Pedro), donde concurrió de nuevo tanta gente, que ni así podían alimentarse. Cuando sus parientes oyeron esto fueran a apresarlo; porque decían: Él está loco” – Marcos c.3 v.20 y 21 / “Los parientes de Jesús: Llegaron su Madre y sus hermanos, y, estando afuera, lo mandaron llamar. Estaba sentado alrededor de él mucha gente, y le dijeron: Es que tu madre y tus hermanos están allá afuera y te buscan. Él respondiendo les dijo: ¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? Y, mirando a los estaban sentados alrededor de sí, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque él que hace la voluntad de DIOS, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre” – Marcos c.3 v.31 a 35).

La Fecundación de Maria

“Muchas cosas tengo a decirlos, pero no lo podéis soportar ahora…” (Juan c.16 v.12).
“Estando Maria desposada con José, se encontró concebida por obra del Espíritu Santo antes de que cohabitaran (unión carnal)” (Mateo c.1 v.18).

“Para cumplirse lo que profetizó Isaías (“He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno…” Isaías c.7 v.14), el SEÑOR, para quien todo es posible, acometió a José y a Maria de un fuerte sonambulismo y el Espíritu Santo los juntó en este estado de inconciencia, propiciando la fecundación de Maria para cumplirse las Escrituras. Maria fue fecundada virgen, sí, por José (árbol genealógico de Jesús – Mateo c.1 v.1 a 16) por obra del Espíritu Santo. La virginidad de Maria era la virginidad de la pureza, puesto que al despertar después del acto nupcial practicado inconscientemente, nada sabia de lo ocurrido. Ambos, cada uno en su aposento, ignoraban el estado de sonambulismo a que fueron sometidos, bien como la obra del Espíritu Santo. Ahora, por tanto, para desmitificar y libertar al pueblo cristiano de las fantasías, es menester que la verdad venga a luz: Maria no era virgen himenalmente, con una membrana a más o a menos, y sí por la pureza. Por eso se dice que ella era virgen antes, durante y después del parto. ¿Como ella podría ser virgen después del parto si la virginidad fuese himenal?

“Y José, al despertar del sueño, hizo como le había mandado el ángel del SEÑOR, y recibió en su casa a Maria, su esposa. No la conoció hasta que dio la luz…” (Mateo c.1 v.24 y 25).
Después de dar la luz, ella tuvo varios hijos y hijas. Está evidente que DIOS había autorizado a José, que no era ningún eunuco (castrado), a tener relaciones carnales con Maria después de que ella diese a luz y ella tuvo varios hijos y hijas. (“…¿No se llama su madre Maria y sus hermanos: ¿Tiago, José, Simón y Judas? ¿Y sus hermanas no viven todas entre nosotros?” – Mateo c.13 v.55 y 56).”

*Fuente: DESPERTADOR Explosivo – Vol. 1

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