Revelación de DIOS a INRI CRISTO
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PADRE eterno y inefable,
DIOS infalible,
CREADOR del Universo,
Santificado sea tu nombre;
Sea hecha tu voluntad
Así en la tierra como en el cielo.
Gracias te doy por el manjar
Que emana de Ti,
Apártame de los yerros
Y ilumíname
Para que yo Te sirva
Sin equívocos,
Glorificándote
Hoy y siempre,
¡Óh PADRE!

Cuando se llamaba Jesús, INRI CRISTO enseñó a rezar así: “PADRE nuestro, que estás en el cielo… Venga a nosotros vuestro reino…” (Mateo c.6 v.10). Y el ALTISIMO, en su infinita bondad, atendiendo a las súplicas del pueblo cristiano, después de dos mil años reenvió a su Unigénito en carne y hueso para instituir en la tierra su santo reino, formalizado por la SOUST – Suprema Orden Universal de la Santísima Trinidad. Aunque en condiciones embrionarias, a duras penas sobrevive desde 28/02/82 (fecha de la institución). Luego, no es más lícito continuar pidiéndole “venga a nosotros vuestro reino”, una vez que ya está establecido y cuya sede está provisoriamente en la ciudad de Curitiba. Así dice el SEÑOR.
Por esta razón es que Él se rebeló al Unigénito INRI CRISTO el Nuevo PADRE Nuestro, que es la oración más fuerte, más prefecta y más bella, el medio más sublime de contactarse con el PADRE celeste. Los legítimos hijos de DIOS, cristianos auténticos, herederos del reino de los cielos, concientes y confiantes, aprenden a orar el Nuevo PADRE Nuestro, y establecen así una simbiosis con el Supremo CREADOR, único ser increado, único eterno, único ser digno de adoración y veneración, único SEÑOR del Universo.

La oración

Así habló INRI CRISTO:

“La oración es el mecanismo de la ley divina que os propicia la conexión y la comunión con el ALTÍSIMO. El SEÑOR sabe vuestras necesidades; sin embargo, por la misma razón que debemos exponernos al sol a fin de obtener los beneficios de sus resplandecientes rayos, esta es la razón por la cuál que necesitamos orar. La oración funciona como un código para alcanzar el cosmos. Cuando orales, proyectáis vuestras palabras al infinito y ellas accionan el cosmos a fin de que vuestras súplicas sean atendidas. Pero el SEÑOR no escuchará meramente vuestras palabras; Él solo escuchará si tu vuestra alma trascender junto con ellas. Es decir, para que entréis en comunión con el SEÑOR es necesario que vuestra alma, junto con vuestras palabras, entren sintonía con el cosmos, el infinito».

«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mateo c.7 v.7 y 8);» Y todo lo que pidiereis en con fe y en la oración, lo recibiréis” (Mateo c.21 V.22).

Quién divulgar este mensaje será agraciado con bendiciones del cielo.

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