Así habló INRI CRISTO, a bordo del vehículo motor-home de la SOUST, el aspirante a discípulo que le dijo: “Este mundo es muy malo, muy perverso”, refiriéndose al lado nefasto de los seres humanos que roban, matan, engañan, mienten, persiguen:

“Nada acontece en la tierra sin el consentimiento de DIOS y, por este motivo, este lado del mundo que tu consideras malo no será malo si no fueres tonto, ingenuo, burro, idiota. Si no vivires alerta, con tus ojos bien abiertos y tus sentidos bien afilados, entonces este lado malo del mundo será bueno para despertar tu consciencia adormecida. DIOS, el Supremo CREADOR, permite la existencia del lado negativo de la espiritualidad (el demonio, espíritu de las tinieblas) a fin de servir como instrumento de purgación y evolución para los seres humanos. El demonio es útil en el contexto de la creación divina, en cambio el ALTÍSIMO no le permitiría existir.

¿Estás viendo estos vehículos que transitan en el sentido contrario al nuestro? Puedes mirar en dirección a ellos y pensar: “Ah, como son malos, pueden chocarse conmigo a cualquier momento.” En verdad, mi hijo, ellos no son malos. Son tan buenos cuanto este vehículo en el cual estamos transitando. Tu es que necesitas vigilar con el fin de no te chocares. Ellos solo se tornarán malos si no supieres te posicionar debidamente, si no supieres equilibrarse en este lado de la carretera sin tropezar en ellos.

Así es en la vida. El demonio está siempre procurando en los seres humanos una brecha, un medio a través de la cual pueda actuar. Si no aprendieres a desviarte del maligno, así como te desvías de estos vehículos, chocarás inevitablemente. Si no estuvieres bien alerta, con el espirito atento, entonces al depararte con el demonio él se aposará de ti e irá hacerte de cabalgadura, de instrumento de dominación, pues él está siempre al acecho, en busca de un cuerpo.

De la misma forma el bien. El bien que hay en ti puede tornarse malo si no supieres usarlo con discernimiento. Si no hicieres buen uso del poder, de la fuerza que DIOS te concedió, por ejemplo, puedes utilizar una cuchilla (la misma que usas para pelar una naranja) y te apuñalear. En este caso, el bien se transforma en mal. Tu puedes contemplar la grandeza y la inmensidad del mar, sumergir tu cuerpo en sus benéficas aguas y al mismo tiempo, si no supieres establecer la barrera, serás devorado por la despiadada corriente de las mareas. Tú necesitas de los baños del sol para dar salud a tu cuerpo, fortificar tus huesos. Sin embargo, se excedieres al límite de exposición a los rayos solares, estarás sujeto a quemar tu piel y hasta mismo a desenvolver un cáncer. La comida que sirve para nutrir tu cuerpo, le dando condiciones de sobrevivir, es capaz de llevarte a enfermarse y hasta al fenecimiento si te alimentares excesivamente. El agua, vital para tu sobrevivencia, si no fuera ingerida convenientemente perjudicará tu organismo. Y así sucesivamente…

Abeverê, mi discípula más antigua, ha dicho muchas veces: “Ah, si yo pudiera, ahogaba el demonio, acababa con él.” Yo le respondí que no era posible, el demonio no puede ser exterminado, él es una criatura divina. El demonio, o el lado negativo de la espiritualidad, debe ser disciplinado, atado, dominado, todo depende de tu buen proceder, está vinculado al despertar de tu consciencia. En la verdad, el lado negativo no puede ser eliminado; él debe, tan solamente, ser sobrepujado por la luz.

La hora en que tu adecuares espiritualmente y aprendieres a usar la facultad del discernimiento, el lado malo de todas las cosas y las energías negativas serán transformadas en luz. Solo será una cuestión de cómo te posicionaras delante de DIOS y de la ley divina al hacer bueno y malo uso del libre albedrio.”

Quien divulgar este mensaje será bendecido con las bendiciones del cielo.

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